El líder de ‘Taburete’ ha contado cómo vivió un secuestro en su propia casa.
Cuatro emitió ayer por la noche un nuevo programa de ‘Chester’, que contó con Willy Bárcenas como primer entrevistado. Actualmente el hijo de Luis Bárcenas está inmerso en ‘Taburete’, su proyecto musical, aunque en el programa también habló sobre cómo vivió la imputación y condena de su padre.
«Estaba en la biblioteca de la Universidad y me dijo un amigo que mi padre salía en la portada de un periódico. Soy tan tonto que hasta me hacía ilusión, fíjate la gilipollez de la edad. Lo comenté con mi padre, me dijo que eso no iba a ningún lado, que eran tonterías», empezó narrando el joven. Asimismo, explicó cuando cuando salieron los papeles que inculpaban a su padre él estaba en Nueva York, aunque se dio cuenta de lo que ocurría: «Yo sabía que eso era verdad porque al ver las fotos de los papeles reconocí la letra de mi padre. Sabía que eso no podía ser mentira».
El secuestro en su propia casa
Además, el joven también narró uno de los momentos más duros de su vida, cuando le secuestraron en su propia casa junto a su madre. En un primer momento, el secuestrador entró en su vivienda alegando que era un cura de Instituciones Penitenciarias, aunque nada más lejos de la realidad: nos sentamos todos en el salón de casa, nos comienza a hacer preguntas, él sabía mi vida al detalle y en un momento determinado de repente empieza a toser y dice que va a sacar unas pastillas de la mochila. Saca un revólver y nos dice que no es sacerdote. Nos ordena que nos tumbemos en el suelo, nos ata las manos a mi madre y a mí. Dice que viene a por todos los documentos para acabar con este gobierno corrupto«.
Finalmente, el suceso acabó en un gran susto: «Durante una hora, o más, nos tiene dando vueltas por la casa. La escena acaba en el despacho de mi padre. Yo veía que íbamos a morir mi madre y yo, pero no me importaba. Lo que me imaginaba era a un funcionario yendo a decirle a mi padre que habían matado a su mujer y a su hijo, y eso si que me dolía. Estaba en un grado de tensión que, cuando me dijo que le entregara todo o mataba a mi madre, me salió una fuerza sobrenatural, rompo las bridas, le pego un cabezazo y consigo que el arma quede lejos de él. Después llegaron los vecinos y la policía y le detienen».
A pesar de que mucha gente cree que se trataba de una persona con problemas mentales, Willy ha confesado que «siempre sospechamos que no era un loco, porque un loco no sabe tantas cosas, tantos detalles. Yo, inocente que soy, me llegué a creer que fuera un desequilibrado. Ahora me cubro diciendo que no puedo asegurar nada, pero creo que lo enviaron desde el Ministerio del Interior. No sé qué buscaban».