‘Comando al Sol’ se traslada a Buendía, un pueblo de La Alcarria, y visita el Monasterio de Uclés, uno de los más imponentes de Castilla-La Mancha.
‘Comando al Sol’ navega este martes 9 de agosto en TVE por las tranquilas aguas del Mar de Castilla a orillas de La Alcarria. Los reporteros toman tierra y aliento para descubrir la sorprendente Ruta de las Caras. Además, rumbo al norte, celebran en Soria una de las fiestas más ardientes del verano. Y comparten con los vecinos de San Pedro Manrique la emocionante experiencia de caminar sobre brasas.
De este modo, en un lugar inesperado del interior de la península se encuentra el Pantano de Alocén, más conocido como el Mar de Castilla. En sus aguas se disfruta del baño y de la navegación. La guadalajareña campeona de España de wind surf Pilar Prieto y un grupo de amigos han resucitado un centro náutico abandonado hace años. En la otra orilla, Fernando enseña “la actividad acuática del futuro: una modalidad que se va a estrenar en los próximos Juegos Olímpicos, el wind foil”.
El programa también se traslada a Buendía, un pueblo de La Alcarria conquense de unos 400 habitantes donde un día se desveló un gran secreto: aparecieron unas caras gigantescas talladas en la piedra, 20 esculturas esparcidas en dos kilómetros. Las descubrió un pastor que paseaba por allí con sus ovejas. La senda, convertida ahora en ruta turística, recibe 60.000 visitas al año, incluyendo chinos atraídos por la representación de Maitreya, el buda del futuro. Posteriormente, también visita el Monasterio de Uclés, uno de los monasterios más imponentes de Castilla-La Mancha. Muy cerca del Monasterio se encuentra el Jardín Alquímico de la Trinidad. Es obra de Manuel Gómez, un economista, arabista, paisajista y jardinero que de una casa antigua ha hecho la obra más importante de su vida.
‘Comando al sol’ visita las fiestas de San Pedro en Soria
Finalmente ‘Comando al sol’ visita las fiestas la localidad soriana de San Pedro Manrique. Dos años sin fiestas en el pueblo han despertado las ganas de celebrar y festejar de una localidad que se echa a la calle a caminar sobre brasas y a disfrutar de una tradición centenaria. Dos toneladas de madera quedan reducidas a brasas para los pies más valientes del pueblo. Al final esperan los abrazos y el sueño de que las promesas se cumplan y la emoción desbordada. Y el brindis con Zurracapote, una mezcla explosiva de vino con azúcar a la que en algunas peñas le añaden melocotón.
