TV3 y las emociones para defendernos cuando venga el lobo

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Àngel Llàcer ha estrenado ‘El Llop’, un programa emocionante que muestra la importancia de las compañías de teatro amateur

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En el imaginario colectivo, más allá de la información y el proceso independentista, TV3 es el espacio donde Cataluña reside de la manera más humana y emocional posible. Programas y series como ‘El Foraster’ o ‘Merlí’ han sabido plasmar la realidad de nuestro país, tan diverso y asociativo, con un tejido de empatía y un talante especial. Nuestro talante. Hace tiempo que había desconectado de TV3. El tsunami de información y tertulias que encadenan el conflicto político catalán con la pandemia y viceversa, ha convertido la televisión pública catalana en un espacio demasiado ortodoxo y poco trascendental. Hemos olvidado paulatinamente la importancia de que se te humedezcan los ojos viendo la televisión. Hemos perdido la perspectiva, pasando por alto que para ser un país normal tenemos que tener una televisión pública que muestre la vida de la gente normal, interpelando directamente al espectador con aquello que siente y vive en su día a día. Como diría Àngel Guimerà, hace demasiado tiempo que TV3 vive en la tierra baja y el aire empieza a ser irrespirable. Hacen falta producciones que nos lleven a las tierras vírgenes donde Manelic pacía su manada. Producciones que nos saquen una sonrisa cómplice. Producciones como ‘El Llop‘, una idea original de Àngel Llàcer.

El Parlament de Catalunya es una obra de teatro constante. Una de esas tragicomedias con escenas épicas y emocionantes que no acaban de tener un buen hilo conductor. La pandemia fue el descanso de entreactos de este musical bobo, y ahora que parecía que el remate final lo teníamos cerca, todo apunta que nos tocará volver a empezar de nuevo, desde la misma butaca de siempre. Vaya hostia nos hemos pegado, ¿no? Cuando intento encontrar cuál sería el antiinflamatorio perfecto para aliviar esta contusión crónica, solo me viene a la mente una palabra: Entretenimiento. TV3 ha llegado (por fin) a la misma conclusión y lleva meses preparando formatos que nos harán reconectar con nosotros mismos. Uno de ellos es ‘El Llop’, que se estrenó el pasado 19 de enero.

‘El Llop’, un impulso para el teatro amateur catalán

Esta producción, una idea original de Àngel Llàcer, pone énfasis en la importancia del teatro amateur en Catalunya. A través de varios castings en todo el territorio, ‘El Llop’ busca encontrar a los mejores actores no profesionales del país para interpretar ‘Terra Baixa’, de Àngel Guimerà. Un clásico de la literatura catalana que, pese al paso del tiempo, siempre sirve de alegoría para explicar nuestro presente. El programa tiene los ingredientes perfectos para atrapar al espectador. El juego de las emociones, sumado a un monstruo televisivo como lo es Àngel, generan capítulos trepidantes donde el foco está en la cultura y las superaciones personales. TV3 consigue con ‘El Llop’ hacer entretenida y atractiva para el espectador la cultura teatral catalana. Viendo el programa te emocionas, ríes, lloras, compartes las emociones que se viven en el escenario de diferentes teatros descentralizados. Porque ‘El Llop’ huye del barcelonacentrismo, ofreciendo al espectador un surtido de acentos de todas partes de Catalunya.

La realización de ‘El Llop’ no destaca, pero tiene un toque diferenciador cuando juega con los blancos y negros a la hora de mostrar el backstage del programa. Por otro lado, el equipo de casting ha hecho un trabajo impecable. Si bien los actores y las actrices ya son personas predispuestas a regalar buenos momentos ante la cámara, la receta que cocina ‘El Llop’ tiene ingredientes muy dispares y a la vez fácilmente identificables por el espectador. Se juega mucho con las historias de superación de personas que han vivido siempre con el sueño de vivir del teatro. Y esta ilusión se transmite y atraviesa las pantallas.

Dos momentos muy emocionantes en el estreno de ‘El Llop’

Hay un momento del primer programa que simplemente te deja con la boca abierta. Una actriz aspirante de ‘El Llop’, Janet, llevaba rato desconcentrada, sin poder conectar con el público a través de su actuación. Solo hizo falta que Ángel Llàcer le hiciera una pregunta estúpida (“¿dónde está el lavabo?”) para salir del molde y dejar a todo el mundo con los ojos húmedos y la piel de gallina. Otro de los momentos destacados llegó con la actuación de Àlex. El aspirante hizo un casting excelente, que hizo llorar a Ángel. «Lloro porque se te ven tantas ganas, Àlex. Se te ve tanta ilusión. Lloro porque me conmueve tu alegría, tus ganas de hacer y perseguir aquello que te gusta«. Un auténtico momentazo televisivo que huye de la rutina de los espectadores hacia lo que consumen en TV3.

El llop' de TV3 entusiasma i ja hi ha nascut una estrella

La cultura tiene espacio en el prime time de TV3. El teatro tiene espacio en el prime time de TV3. La pública catalana vuelve a apostar por el entretenimiento y las historias humanas, por fin. Volvemos al espíritu de aquella televisión que hacía país. Alejémonos de los teatros políticos y acerquémonos a las compañías amateurs, las compañías de actores y actrices de a pie. Porque cuidar el intelecto y la cultura catalana a través de la empatía y las emociones es fundamental para defendernos cuando venga el lobo.

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