Analizamos los primeros capítulos, sin spoilers, de ‘Insiders’, el nuevo reality de Netflix.
Amigas, amigos, no lo sabéis pero ya formáis parte del mayor bombazo de la temporada. No quiero poneros las expectativas por las nubes, por eso de no decepcionaros antes de tiempo, pero es que lo que ha preparado Netflix para los fans de los realities es un auténtico pelotazo. Y es que, tras muchísimo tiempo de sequía de anónimos conviviendo en televisión, la telerrealidad vuelve por todo lo alto con un formato que cabalga entre lo futurístico y el suspense de no saber a lo que nos enfrentamos como espectadores.
A través de siete capítulos de poco menos de cincuenta minutos de duración, ‘Insiders’ apuesta por regresar al experimento social en el género del reality. El programa recupera la famosa “esencia” presente en los inicios de los programas de telerrealidad, dando pie al desconocimiento, tanto por parte del concursante como del espectador. En ‘Insiders’ juegan con el popular “nada es lo que parece”, buscando centrifugar las mentes de los que deciden asomarse a observar qué pasa en la casa de Netflix. Bajo la premisa “si lo cuentas, estás fuera”, doce concursantes participan sin saber que lo están haciendo.
Los concursantes piensan que están en la fase final de un casting y que, para superarlo, deben convivir durante tres semanas en una casa aparentemente sin cámaras ni micrófonos. Como era de esperar, nada de eso era cierto, generando la posibilidad de descubrir la doble cara de los doce perfiles que participan. Vemos la dicotomía de las reacciones de un grupo de personas cuando están delante y detrás de cámaras y cómo la organización del programa prepara la trastienda para seguir sorprendiéndoles, marcando un tempo con un altísimo ritmo narrativo y giros de guión constantes.
Una fantástica Najwa Nimri coquetea con el espectador a lo largo de la primera temporada de ‘Insiders’, siendo sus ojos cómplices dentro de la casa. La elegancia y el suspense característicos del Nimri, sumados a su savoir faire, convierten a la actriz en la persona perfecta para spoilear sobre lo que ocurre en el programa. Su presencia, siempre rodeada de un misterio denso pero minimalista, aportan ese toque más que necesario en el género de la telerealidad. El espectador quiere sorprenderse y sabe que aquí va a encontrar un producto hecho a su medida. Con esa antesala perfecta, consumir ‘Insiders’ se hace muy fácil, siendo su frescura en el género el auténtico caballo ganador.
Además, su fotografía más que cuidada, con esos tintes cinematográficos tan característicos de los productos originales de Netflix, dan un nivel más de epicidad al programa, alejándolo de la cutrez comprada en el trueque a cambio de vida en directo de los realities en abierto. El montaje hace de ‘Insiders’ un formato trepidante y con una narrativa ajustada al milímetro para dejar al espectador siempre con ganas de más. De verdad, querida, querido, cierra esta pestaña y ponte a ver ‘Insiders’. Ya me lo agradecerás cuando consigas salir de ahí dentro.
