La banda continúa su atraco al Banco de España con el Profesor en jaque por culpa de la inspectora Sierra.
Ya están aquí. Río, Denver, Tokyo, Estocolmo, Bogotá, Helsinky, Palermo, Manila y Lisboa vuelven a la carga con el estreno de la parte cinco de ‘La Casa de Papel’ en Netflix. Pero esta vez el líder de la banda no está en condiciones de guiarles hacia la salida del Banco de España. Con un final trepidante de la cuarta temporada a las espaldas, los nuevos capítulos de la serie producida por Vancouver Media llegan a la plataforma con un tratamiento aún más explosivo y grandilocuente.
A lo largo de cinco capítulos, los espectadores y las espectadoras de ‘La Casa de Papel’ podrán disfrutar del inicio del final definitivo de la primera serie española en ganar un Emmy Internacional. Y es que Netflix ha dividido el desenlace en dos volúmenes y no será hasta diciembre cuando podamos saber el destino de los personajes de la serie. En TVienes hemos tenido acceso a los dos primeros episodios de la nueva temporada y aquí va nuestra crítica sin spoilers.
Una trama eterna con un ritmo trepidante
Horas y horas de metraje para resumir un atraco de escasos días. En eso se resume la trama de ‘La Casa de Papel’. Es impresionante cómo el equipo de Álex Pina consigue encajar decenas de emociones, giros, sentimientos y piruetas en un espacio de tiempo tan limitado. Los guionistas juegan a la perfección con el tempo de la serie, apretando las tuercas del engranaje de la ficción al máximo y generando en el espectador esa sensación de deseo profundo de saber cómo narices se resolverá el atraco.
Si bien la trama se eterniza, el ritmo de la serie sigue siendo trepidante. No por los giros de la trama, que están presentes pero en algunos casos son un poco previsibles, sino por la pirotecnia empleada en esta nueva tanda de capítulos. Metralletas, bazookas, lanzallamas, granadas, tanques… El Banco de España se llena de acción, explosiones y heridas de guerra. Y no siempre provenientes de los mismos enemigos. Y es que esta vez los guionistas tienen sorpresas explosivas preparadas para Tokyo y compañía.
El elenco y la fotografía se mantienen en la excelencia
El nivel interpretativo de los actores y las actrices se mantiene en la línea de las anteriores temporadas. Úrsula Corberó sigue tan intensa como siempre, Jaime Lorente continúa con la vena callejera y Enrique Arce sigue consiguiendo hacer de Arturito el personaje más odioso de la serie.
En cuanto a las nuevas incorporaciones, Patrick Criado sorprende con un personaje que mezcla lo introvertido y lo friki, y Miguel Ángel Silvestre se conforma con escenas de sexo, desnudos y Rock and Roll. Si bien el personaje de Criado, que hace de hijo de Berlín, parece tener peso en el devenir de la trama, el papel de Silvestre, que encarna al novio del pasado de Tokyo, parece no aportar nada. Veremos si en los tres capítulos restantes de esta quina parte su implicación se revaloriza. Por otro lado, José Manuel Seda se mete en la piel de Sagasta, un peligroso militar que no dudará en asaltar el Banco de España sin importar si se lleva a alguien por delante.
La fotografía sigue siendo espectacular. Todo lo que tocan Miguel Amoedo y su equipo es oro. En los primeros episodios nos encontramos con planos creativos que atraviesan puertas y paredes y enfoques que sacan lo mejor de los actores. Además, el color rojo sigue protagonizando el tratamiento de la serie, estando presente en pasado y presente dentro de la línea temporal de la ficción.
En definitiva, ‘La Casa de Papel’ vuelve saciando al espectador con más acción que nunca, pero perpetuando esa extraña sensación que mezcla el deseo de que se acabe la serie y la tristeza por saber que antes de que acabe el año nos despediremos del profesor y la banda para siempre.
