Risto, la polarización ya no está de moda

0

Pese a que sea popular en términos políticos, la audiencia se ha cansado de la radicalización de opiniones en los programas informativos.

 

Cuatro vive uno de sus peores momentos a nivel periodístico. La popularización de programas conspiranoicos en prime time y el viraje ultraderechista de formatos como ‘Todo Es Mentira’ están convirtiendo a la segunda cadena de Mediaset en un panfleto propagandístico más propio de un grupo de negacionistas de la Covid-19 que de aquellos memorables tiempos con Cintora, Ruiz, o incluso el equipo de CNN+. 

Si bien la audiencia es un factor fundamental a la hora de decidir los contenidos de una escaleta, los teje manejes del equipo de Mejide para no tratar ciertos temas y enfatizar mucho más en otros han demostrado que el editorial de ‘Todo Es Mentira’ se vende al mejor postor. Un profundo descalabro periodístico que recuerda a esa mítica frase de Groucho Marx de estos son mis principios, si no le gustan… tengo otros.

Un inicio progresista que no acabó de funcionar

‘Todo Es Mentira’ inició su andadura en 2019 con una co-presentadora abiertamente de izquierdas y una colaboradora trans en el equipo. Hago hincapié en esto porque en televisión nada es casualidad. El programa de La Fábrica de la Tele se estrenó con la voluntad de atraer a un target progresista. De hecho, el posterior despido de Elsa Ruiz se hizo por la puerta de atrás, obligándonos a malpensar en el hecho de haber contado con la cómica por una mera atracción publicitaria. 

El formato de Mejide y compañía empezó a asentarse y crecer en audiencias a partir de la publicación de ‘El Director’, el libro del ex-director de El Mundo que destapaba las corrupciones del sector de la información en España. ‘Todo Es Mentira’ se dejó el alma en cubrir el lanzamiento del libro, con múltiples entrevistas a David Jiménez, su autor, e incluso un especial en prime time; ‘Informe TEM: las  cloacas del periodismo‘, que alcanzó un buen 6,8% de share y 1.103.000 espectadores.

Pero a raíz de la pandemia y de la inestabilidad de los datos, lejos de su principal competidor, el programa de Cuatro empezó a pegar volantazos en su línea editorial. Y es que si el público progresista ya lo domina a laSexta, ¿por qué no probar suerte contentando al otro extremo del espectro ideológico?

Algo falla si dudo de quién está detrás de tu programa

Desde hace unas semanas, si cerramos los ojos podemos llegar a pensar que el programa se emite desde Génova 13. Casualmente, ni Risto Mejide ni ningún compañero de programa comentó el juicio del caso Máster de Cifuentes cuando se estaba produciendo. En el momento que ignoras la noticia con la que todos los informativos están abriendo, algo huele a chamuscado. Si a esto le sumamos los numeritos por los fallecidos de la Covid-19, con su consecuente deslegitimación constante  de las decisiones epidemiológicas del Gobierno, el resultado es un programa distópico que tiene de todo menos información. Una sensación de polarización in crescendo que les está funcionando en audiencias pero con la que no logran liderar.

Y no lideran porque la audiencia ni es tonta ni tiene problemas de memoria. El viraje ha sido tan notorio que hasta el espectador con menos luces se ha dado cuenta. En los tiempos que corren, aquellos que promueven una insatisfacción constante en el terreno político se llevan la desaprobación del público. Empiezan a dejar de gustar los que prefieren basar sus conversaciones en discusiones subidas de tono, con el único objetivo de ridiculizar al oponente. Una prueba de ello es ‘Aruser@s’, que ha convertido a Alfonso Arús en el Rey de las mañanas gracias al buenrollismo que promueve. O sin ir más lejos, ‘Zapeando’, que a pesar de ser un programa simplón y cutre se lleva el liderazgo de la franja porque despeja la mente del espectador. Y es que la polarización en televisión ha dejado de estar de moda.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí