La edición se está convirtiendo en la más vista hasta el momento con tan solo un programa semanal.
La tercera edición de ‘La Isla de las Tentaciones’ se ha convertido en todo un fenómeno. Pese a que todo apuntaba a que el reality podría sufrir algún desgaste al emitir tres ediciones en poco más de un año, la tercera y actual tanda de programas ha confirmado su fortaleza tras emitir sus primeros cuatro programas, que han superado con creces los resultados de las dos primeras ediciones.
Si nos fijamos en las audiencias, la primera edición en sus cuatro primeras entregas medió un notable 20,8% de share con 2.617.000 espectadores, en la segunda bajaba a un 19,7% con 2.583.000 espectadores, mientras que en la actual edición consigue un brutal 26,1% con 3.184.000 espectadores, mejorando en más de seis puntos de cuota de pantalla y 600.000 espectadores los datos de la anterior.
Y los debates corren la misma suerte, los primeras tres entregas de la primera edición, que se emitieron en Cuatro, mediaron un correcto 11,3% con 1.440.000 espectadores (estupendo dato para la cadena secundaria), en la segunda edición consiguieron un 13,6% y 1.386.000 espectadores, mientras que en la tercera y actual median un fantástico 17,1% y 1.699.000 espectadores, mejorando en tres puntos y medio de share y más de 300.000 espectadores los datos anteriores.
Si nos fijamos en la mecánica, una de las grandes novedades que ha atraído al público ha sido la luz de la tentación, que alerta a los participantes si sus parejas están pasando los límites en la otra villa. Asimismo, probablemente una de las claves de esta subida es el prescindir de la doble emisión semanal, pese a que todo apuntaba a que esta estrategia de emisión beneficiaba al formato, esta edición hemos podido comprobar que las audiencias mejoran con una semana de distancia entre las galas.
Es palpable en redes como la expectación por que lleguen los jueves es muy grande entre los espectadores. Con una semana de margen entre los programas la cadena tiene más oportunidad de cebar los contenidos y las malintencionadas filtraciones han creado más hype entre los espectadores, que tienen más tiempo de reposar los contenidos y de crear teorías.
Además, los debates han cogido más importancia dentro del formato. Mientras que en la primera edición eran programas residuales, que podías ver sin perderte nada, en esta edición han aportado un plus con imágenes inéditas y adelantando contenidos que tienen relevancia para el transcurso de la convivencia en las villas.
De este modo, pese a que a priori parecía un error estirar el chicle de un formato que había funcionado perfectamente a doble emisión semanal, por el momento podemos afirmar que la estrategia ha sido un acierto de Mediaset. Habrá que ver si consiguen mantener esta expectación y este crecimiento de datos durante los casi dos meses que quedan de emisión.
