Hablamos con el director de la serie de Movistar+, que estrena su segunda temporada.
Jorge Coira (Rábade, 1971) es un reconocido guionista y director de cine y televisión, con una extensa y exitosa trayectoria en ambos medios. Dirige ‘Hierro’, la alabada serie de Movistar que el próximo 19 de febrero estrena su segunda y última temporada. Con él hablamos de las novedades que presenta esta nueva entrega, con la incorporación de un potente personaje al que da vida Matías Varela, y también de cómo seguirá evolucionando la tensa relación entre sus protagonistas interpretados por Candela Peña y Darío Grandinetti.
Sin spoilers, ¿qué novedades nos traerá la segunda temporada de ‘Hierro’?
En esta segunda temporada seguimos explorando algún cabo suelto del mundo de Díaz, que dejó algunos marrones en su periplo de la primera temporada. Y, por otro lado, también seguimos con el mundo personal de Candela, que le surge un nuevo caso oficial que le removerá muchas cosas por dentro.
¿Cómo evolucionará la tensa relación entre la jueza Candela y Díaz, uno de los pilares de la serie?
Pasarán cosas. A mí de esa relación me gusta mucho esa sensación extraña de ser como dos imanes con la misma polaridad. Es como que tienen algo muy en común y hay un elemento de atracción, no romántico obviamente, pero hay un punto como de admiración personal mutua. Pero al mismo tiempo están en lados opuestos de la ley y en la forma de entender la vida, y entender qué es lo que está bien y lo que está mal. Entonces tendrán momentos de acercamiento y momentos de alejamiento. A mí me gusta mucho cómo evoluciona esta relación entre los dos.
¿El personaje de Díaz va a seguir bordeando la línea del bien y el mal?
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Está en un punto vital muy diferente, después de todo lo que le ocurrió en la primera temporada. Está en un momento peor, ahora está separado, está intentando volver a levantarse después de todo lo que le ocurrió. Pero sí tiene un imán. Díaz es un personaje de estos que se hacen muy, muy atractivos porque es como un imán para los problemas. Como dice Candela en una frase gloriosa, “Díaz nació involucrado”.
¿Qué peso tendrá el nuevo personaje interpretado por Matías Varela?
Matías le da vida al personaje de Gaspar, que es probablemente uno de los personajes más oscuros de toda la serie. También tiene un elemento muy atractivo, porque a nosotros en general nos gusta que los personajes sean complejos, que no sean nada simples, en lo de enfrentarnos a un personaje muy netamente negativo. Pero al mismo tiempo nos planteamos cómo conseguir que haya un personaje muy puramente negativo, pero al mismo tiempo que no sea un estereotipo, que tenga vida por dentro, que sea un ser humano. Y creo que el trabajo con Matías consiguió eso. Matías es un actorazo y conseguimos un personaje muy poderoso, emocionalmente muy complejo, muy muy interesante. A mí me parece un personaje tremendamente atractivo. Y trabajar con Matías fue un regalazo.
¿El personaje de Gaspar se va a ver involucrado en las tramas de Díaz o van a ir por separado?
Ay… (ríe) Eso lo van a ver los espectadores, es mejor ir libre y no saber demasiado. Pero bueno, sí que es cierto que hay algo de que en el Hierro todo se conecta. Esa idea hará que de alguna manera más próxima conecten Díaz y Gaspar, yo creo que de forma inesperada.
¿Cuánto es de importante para la serie el ambiente de la isla, esas montañas, esas carreteras con el mar al lado? Se podría decir que es un personaje más.
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Sí, es esencial. Es mucho más que un telón de fondo. Es lo que lo envuelve todo. Es como nadar, que no podemos nadar sin el agua, igual que la serie necesita el Hierro para existir. Inicialmente el Hierro no estaba en el génesis de la historia, pero en un momento dado decidimos ubicarlo ahí. Siempre estuvo la idea de que el lugar tuviese una relación muy indicada con la trama, que no fuera simplemente un telón de fondo, y que si le metíamos elementos no fuera de una forma folclorista. Entonces lo que hicimos fue ir al Hierro, conocerlo de la forma más profunda posible para poder relacionar todo e intentar retratar una sociedad, que luego yo tengo la sensación de que nos resultó en seguida muy familiar, porque yo tengo unas conexiones muy claras con la sociedad gallega. Dejando de lado las diferencias culturales, esta cosa de ser un lugar apartado, con una población rural, fuerte, yo veía en seguida conexiones muy claras, y creo que esto nos ayudó a retratarlo de una manera solidaria, nada turística, digamos. Y también quisimos en la segunda temporada seguir profundizando en esta relación.
Esta temporada es el final de la serie, ¿quedarán todas las tramas cerradas?
Sí, a ver, como intentamos que la serie no esté poseída totalmente por la trama, sino que la trama sea un elemento muy importante pero no sea una sucesión de acontecimientos. Queremos que esté muy colocada en la vida de los personajes, que los personajes sean esenciales, que sean personajes fuertes que todos podrían ser los protagonistas de su propia historia, entonces todo ese planteamiento hace una serie muy coral, y te permite que realmente puedas lanzar a la imaginación cómo seguiría la vida de toda esa gente. Pero dicho esto, sí que al igual que la primera temporada, queremos que la historia se cierre. Que quede abierta como queda la vida, que termina de repente de forma abrupta a nivel individual, pero las cosas pueden seguir. Pero lo que sí que tenemos muy claro es esa idea de que no nos gusta lo de abrir cada temporada el final y que para poder cerrar la historia tengas que ver la siguiente, no. Nosotros hacemos una temporada y queda cerrada. De hecho, cuando hicimos la primera, fue después cuando nos planteamos la segunda y decidimos hacerla.
A nivel de producción, ¿cómo fue retomar el rodaje después del parón por el coronavirus? ¿Fue muy complicado grabar en medio de la pandemia? En la isla de Hierro fue una de las zonas más avanzadas de la desescalada
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Fue compleja, fue un poco locura. Yo creo que lo llevamos con bastante dignidad, pero sí que fue muy difícil. Efectivamente estábamos rodando cuando empezó la pandemia. Entonces las primeras semanas empezaba ese runrún de que algo estaba pasando en Italia, también en España, pero no sabíamos hasta qué punto nos iba a poder afectar. Y, de hecho, los días previos al estado de alarma, cuando se empezaba a avispar lo que podía ocurrir, una posibilidad era que se cerrasen las islas y que nos quedásemos allí rodando. Pero en seguida con el estado de alarma tuvimos que paralizar el rodaje, y posteriormente pudimos volver allí lo antes posible, tan pronto como se abrió, con unos protocolos de seguridad muy estrictos. Fue una pequeña aventura, con PCR tanto en origen como llegada allí, confinamientos, fue complejo… Y luego rodando, pues cambiar un poco las normas, el uso de la mascarilla, distancias de seguridad, PCR para todos los que venían, que eran muy pocos porque hubo muy poco movimiento en esta segunda temporada. De hecho, incluso hicimos alguna marcianada, porque teníamos que rodar algunas escenas en Madrid que finalmente las grabamos en el Hierro, porque no era viable en aquel momento viajar. La verdad es que el equipo estuvo siempre tan cohesionado que a mi me pareció fácil. Quizá con un equipo menos hecho habría sido más complicado, pero recuerdo que a la vuelta había una energía muy chula, un ambiente de alegría por haberlo conseguido, poder volver y seguir con esta historia, y fue muy agradecido eso.
Una vez terminada la serie, ¿qué balance haces del global de las dos temporadas de una serie que ha recibido multitud de premios, Ondas, Feroz, Iris, a mejor serie, mejor guion…?
Yo le tengo un cariño gigantesco a esta serie. Todas las series y películas son un esfuerzo colectivo. De repente, en este caso el colectivo fue especialmente bonito. La mezcla de actores y equipo técnico, el ambiente que hubo, y luego el resultado de la serie, que creo que hicimos una serie con corazón, con vida, con verdad. Yo estoy muy orgulloso. Y desde luego está yendo mucho más allá de lo que nosotros habíamos imaginado de inicio, porque no queríamos hacer una serie cursi, revolucionaria y que cambiara las reglas del juego, sino hacer una serie honesta, interesante, que guste, y poder jugar con el género, no ser conservadores, jugar con las estructuras… Jugamos con muchas cosas que nos apetecía jugar, nos lo pasamos bien y fue una gozada ver que esa propuesta fuese tan bien recibida por el público y conectase tanto, que al final es para lo que hacemos la serie.
Mirando al futuro, ¿qué nuevos proyectos televisivos o de cine tienes ahora entre manos?
Sí, estoy ahora arrancando una película, un thriller sobre espionaje, que queríamos hacer desde hace varios años. Lo rodaremos ahora este año. Y con mi hermano Pepe seguimos pensando nuevas historias.
