Núria Roca sorprendió a la audiencia presentando la primera edición de ‘El Hormiguero’ sin Pablo Motos en más de quince años
Cuando tu papel en la empresa no es del todo imprescindible te esfuerzas para hacerte notar y evitar que se resquebraje tu posición. Si bien la profesionalidad y la implicación de cada uno es diferente, es innegable que Pablo Motos se ha dejado la piel por hacerse valer como conductor de ‘El Hormiguero’. Tanto que no lo hemos visto en ningún otro formato en los quince años que lleva en televisión, dejando entrever que igual sin sus hormigas y las sintonías aceleradas no todo es oro lo que reluce.
El pasado lunes, Pablo Motos se ausentó por primera vez de ‘El Hormiguero’ después de más de 2.000 programas sin fallar. Parece mentira que, después de aguantar el tipo y demostrar las tablas que tiene acudiendo a su cita con la audiencia incluso tras el fallecimiento de sus padres, el coronavirus le haya obligado a quedarse en casa. Pese a ello, la reacción del equipo de 7yAcción fue rápida y eligieron a Núria Roca como sustituta del presentador.
Núria Roca, una profesional infravalorada
Roca sorprendió a la audiencia demostrando lo buena profesional que es, hecho que aplaudieron los espectadores a través de las redes sociales. Estuvo suelta, dinámica, como si llevara años haciendo la función que desempeña Motos cada noche. ¿La diferencia? Que no es Pablo Motos. Sí, lo sé, como argumento escasea, pero tras quince años de más de lo mismo, ‘El Hormiguero’ necesitaba aire fresco para mantener los estratosféricos datos que lleva cosechando estas últimas temporadas. La pandemia obligó a los de Motos a reinventarse, democratizando la importancia de los seccionistas con la del invitado. Las tertulias de confinamiento se han convertido en un bloque fundamental para el programa. El virus ha demostrado que no son necesarias grandes estrellas del panorama internacional para que el programa guste y entretenga a la audiencia.
Lo de Núria Roca fue la guinda del pastel para darnos cuenta de que en ‘El Hormiguero’ hace falta abrir la puerta para ventilar. Como indica su nombre, las únicas imprescindibles de ’El Hormiguero’ son sus hormigas. El resto son simples marionetas que lubrican un engranaje de humor y televisión en mayúsculas. Cuando el programa puede seguir adelante sin el presentador se demuestra que todos importan pero nadie es imprescindible.
De lunes a jueves Pablo, los viernes para Núria Roca
Cuando hablo de renovar y abogar por el aire fresco no trato de poner dianas en la cabeza de nadie. ‘El Hormiguero’ funciona muy bien tal y como está, y ya sabes lo que dicen: cuando algo funciona mejor no tocarlo. Pero Atresmedia ha demostrado que el riesgo es su única baza para plantarle cara a Mediaset. Es por ello que lo de Núria Roca debe servir como precedente para dar un golpe sobre la mesa y apostar por más Hormiguero y, en consecuencia, más liderazgos por encima de los tres millones de espectadores.
Que los viernes los grandes presentadores de la televisión y la radio no trabajan ya se ha quedado anticuado. Solo los del pago se lo pueden permitir. Es el momento de mantener a Pablo Motos al mando de ‘El Homiguero’ más tradicional y dejar el hueco de los viernes para una edición más alocada con Núria Roca como maestra de ceremonias. Un viaje en bussiness class al fin de semana, con todo aquello que se queda fuera de los guiones de ‘El Hormiguero’ por ser demasiado ostentoso.
Con ‘El Hormiguero’ de los viernes posicionarían a más de tres millones de espectadores en la cadena principal de Atresmedia y, con una buena estrategia publicitaria que evitara la fuga de la audiencia, serviría como canal de afluencia para grandes programas como ‘La Voz’, ‘Tu Cara Me Suena’ o el malherido ‘El Desafío’. Eso sí, evitando acabar el acces a las 23.00h.
En definitiva, Pablo Motos ha cometido el error -involuntario- de enseñarnos como sería ‘El Hormiguero’ sin él y ahora tenemos mono de más. Pablo, relegar es de sabios y más después de quince años.
