Salvando el periodismo

0

‘Salvados’ supera la barrera de los 300 programas en su decimosegunda temporada.

 

Un programa que empezó llevándole al papa Benedicto XVI la guitarra del Chikilicuatre para, años más tarde, llevarle a otro papa unas concertinas y así denunciar el rol de los gobiernos europeos con la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. 

Salvados‘, que empezó en 2008, llega al programa de esta semana denunciando la situación de impunidad y protección que ha gozado históricamente la monarquía por parte de ministros, empresarios, jueces y también prensa. Pero llega diciendo basta. Igual que dijo basta con los desahucios, el abandono de los menores migrantes o con los recortes en sanidad y educación.

El equipo de Évole y posteriormente Gonzo ha sabido llevar al prime time un periodismo valiente que no solo ha sido capaz de relatar la verdad, sino que también ha puesto al poder contra las cuerdas, enfrentando al presidente, ministro o empresario de turno con la persona de a pie que sufre las consecuencias de su (mala) gestión. Y no solo eso, el impacto de sus programas va más allá y ha servido para reabrir casos judiciales como el del accidente del metro de Valencia en 2006. 

En estos 301 programas ‘Salvados’ ha trasladado al espectador a mataderos donde se hacían prácticas ilegales, a fábricas donde las imágenes se acercaban a las de la esclavitud y a minas de coltán que conllevan muertes y violaciones. Le ha dado la oportunidad al espectador de ver lo que hay tras la comida que se lleva a la boca, la ropa que viste o la pantalla del móvil con la que escribe.

El programa ha sido el único capaz de, en momentos decisivos, sentar frente las cámaras a sus protagonistas. A Rajoy en plena ofensiva judicial contra la corrupción de su partido, a Puigdemont días antes del referéndum del 1 de octubre o a Maduro en medio de la crisis de Venezuela. 

También ha sido altavoz de situaciones injustas como el acoso sexual y laboral en grandes multinacionales que ha servido para que se revisen sus protocolos contra estas prácticas. Ha dado voz al drama de la inmigración con programas como la tragedia de Tarajal o las misiones de salvamento de Open Arms, que se tradujeron en el movimiento Volem acollir. 

En definitiva, ‘Salvados’ ha conseguido conmover e implicar a sus espectadoras y espectadores, que han sido capaces de ver las problemáticas sociales, políticas y económicas del país y del mundo gracias a un equipo valiente que se ha comprometido a dar voz a quien no la tiene y hacer de contrapoder a quien sí la tiene. 

Porque han entendido que el espectador merece respeto, compromiso y no panfletos o publicidad. Porque han entendido que contar lo que sucede, concienciando a la sociedad, es el principal valor que tiene un periodista, que el papel que juega el periodismo es capaz de cambiar el rumbo de la historia. 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí