La versión nocturna destaca en Cuatro y demuestra las capacidades televisivas de Dani Martínez
En las últimas semanas hemos visto saltar a los concursos de day time al prime time. Tras ver a ‘Los Lobos’ ganar el mayor bote de la historia de la televisión con ‘Boom’ en horario de máxima audiencia, Cuatro ha sorprendido a los espectadores con una versión nocturna y un poco más bizarra de ‘El Concurso del Año’.
Si os soy sincero, no soy fan de ‘El Concurso del Año’. Pese a tener una mecánica que engancha y un presentador excepcional, la monótona mecánica del concurso me llega a cansar y parecer aburrida. No es una novedad que la televisión está en constante cambio, y se nota mucho más si nos fijamos en los programas diarios. Y es que si comparamos las ediciones actuales de concursos como ‘Ahora Caigo’, ‘Boom’ o ’Pasapalabra’ con sus inicios, muchos son los cambios que se han ido aplicando para continuar atrayendo a los espectadores.
‘El Concurso del Año’ ha sido el inicio de la regeneración de Cuatro, la generalista que más ha sufrido en los últimos tiempos en lo que a contenidos relegados y bajas audiencias se refiere. Este aliento de aire fresco que ha supuesto el formato para la cadena ha estabilizado a Dani Martínez en la franja de la sobremesa. La confianza en él y en el programa ha sido tal que pudimos ver como se estrenaban en horario estelar, demostrando un ritmo bueno y la capacidad de reinvención (un poco a duras penas) para estar a la altura de las circunstancias.
Las diferencias de ambas ediciones
Mientras que en el original vemos a una única pareja de concursantes, en la versión para el prime time añadieron un factor competitivo clave para los concursos de emisión nocturna. Si a esto le sumas la obsesión que tiene el capo de añadir famosos a todo, encontramos una diferenciación clave, atractiva pero no sé si suficiente a largo tiempo.
A partir de ahí la mecánica era muy similar: adivinar edades, no tiene más. La cifra económica estaba más hinchada, incluso el presentador vestía con americana, las intenciones de diferenciación estaban presentes pero faltaba algo que lo pusiera todo patas arriba. Y no, ese algo no es María Jesús y su acordeón entrando de la nada para hacer playback mientras los concursantes hacen el baile de los pajaritos. La irrupción de invitados famosos sin sentido alguno rompía la magia de la televisión. Y con romper la magia me refiero a desnudarse y dejar a la vista una intención desesperada de crear factores sorpresas para alejarse del formato original y aguantar con buen pie el ritmo del prime time. Además, Mediaset publicitó el especial emitiendo en las promos todas las sorpresas. Y si anuncias una sorpresa, ésta deja de serlo. Pero bueno, la intención es lo que cuenta.
En los tiempos que vive Cuatro, Mediaset debería dejarse de tonterías y demostrar que confía en Dani Martínez y sus ‘otras movidas’. Yo no serviría para participar en el programa, pues no me atrevo a vaticinar cuantos años vivirá ‘El Concurso del Año’. Espero que muchos por méritos propios.
