La evolución de la información que la televisión necesita

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En tiempos de cambios sociopolíticos, la información en televisión se debe someter a un profundo cambio en contenidos y forma.

 

Cuando buscas la palabra «informativo» en el diccionario aparece una definición clara y concisa: «Que informa o sirve para proporcionar información sobre una cosa«. Así pues, los informativos tienen la única premisa de informar, una premisa que, con el paso del tiempo, han dejado de cumplir. 

En un mundo digital en el que recibimos decenas de estímulos por segundo, la información llena todos los rincones habidos y por haber casi al segundo de generarse. Las noticias campan a sus anchas por las redes sociales, y es que ahora para estar mínimamente informado solo necesitas entrar en la lista de tendencias de Twitter. 

Sí, es verdad: la fugacidad informativa da paso a la creación de bulos y fake news que lo único que consiguen es infoxicar. Pese a ello, tras tiempos de recibir información sesgada y llena de censura, no podemos perder esta libertad total de prensa. Está en el acceso libre a la información el germen de la cultura y el conocimiento de causa de toda una sociedad.

En definitiva, vivimos arraigados a la información. Si queremos estar informados ya no tenemos que esperar a que comience el informativo. Así pues, si el espectador ya está informado los noticiarios pierden el único atractivo que tienen, acabando en una apuesta que delega gran parte de sus contenidos a las noticias de sucesos. Hay que ofrecer a los espectadores algo inédito, un valor añadido. Pero la solución no es informar del robatorio en una joyería de la india, ni del accidente de moto de un señor en Ohio. La solución está en ofrecer el análisis de la información que la audiencia ya conoce y dar voz a sus protagonistas, mas allá de unas declaraciones de corrillo.

La identificación es un factor clave para que el espectador se mantenga al otro lado de la pantalla. ¿Porqué triunfa ‘Al Rojo Vivo’? Porque además de ofrecer la noticia, ofrece un abanico de opiniones y análisis de todos los colores. Siempre encontrarás a un tertuliano que asemeje su pensamiento con tus ideales y, como si de una competición se tratase, te quedas hasta el final viendo si el de tu bando gana al del otro con el arma de la palabra.

Los informativos, tal y como los conocemos hoy en día, no tienen augurado un futuro claro. Los boletines informativos de los canales 24 horas acaban siendo refritos con aires de directo que ubican al espectador a en el paradigma de la información. Por otro lado, los telediarios de las 15.00h y las 21.00h se ciñen a una duración por encima de sus posibilidades, rellenando con información irrelevante la mitad de sus contenidos. El futuro de la información debe estar pegado al análisis de la misma. El directo, la pluralidad de voces por encima del editorial y la capacidad de síntesis serán factores clave para los formatos informativos.

Los espectadores nos estamos convirtiendo mucho más exquisitos a la hora de consumir información. No queremos a un presentador tras una mesa explicándonos los hechos. Queremos que las cámaras sean nuestros ojos y que el papel del periodista sea el de preguntar lo que querríamos preguntar si estuviésemos allí. El espectador quiere vivir en primera persona la actualidad y eso solo se consigue ofreciendo la información en directo y a pie de calle. En conclusión: actualidad y directo no van de la mano de un horario establecido. 

No creo que fulminar los informativos sea la solución, pero sí acortarlos a un resumen de los más destacado de la jornada, un formato en el que los protagonistas hablen más tiempo que el presentador. Acatando las premisas anteriores, el formato informativo que necesita un cambio urgente es el 24 horas. Ya lo comentaron en una inocentada los compañeros de ‘La Guerra de los Medios’ y ahora me reafirmo: un canal de información 24 horas de Atresmedia sería un gran regalo para nuestra televisión. Siguiendo el estilo y tono de laSexta y con la amplia capacidad y calidad de los grafismos y VTR’s de Antena3, me lo imagino y se me hace la boca agua.

Manifestaciones, investiduras, conflictos, pequeños grandes cambios que inician una revolución social. Todo ello seguido en directo al mas puro estilo Ferreras. La rapidez de las redes sumada a la calidad televisiva. Vienen tiempos de cambio, ojalá la televisión también esté dispuesta a hacerlos.

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