Crítica: ‘Alma’, la nueva serie de Netflix, cuenta con una idea prometedora detrás, pero que no termina de estar bien ejecutada ni ser traspasada correctamente a la pantalla.
Netflix no cesa en su lanzamiento de producciones originales españolas. Este próximo viernes 19 de agosto es el turno de ‘Alma’, una serie creada por Sergio G. Sánchez y protagonizada por Mireia Oriol, Álex Villazán, Pol Monen, Claudia Raset, Javier Morgade, Nil Caballero y Elena Irureta, entre otros. Con Sospecha Films en la producción, la ficción consta de 9 episodios que estarán disponibles a partir de este mismo viernes.
El punto de partida de ‘Alma’ es un terrible accidente de autobús en el que mueren prácticamente todos sus ocupantes, todos ellos alumnos de un instituto. Después de esto, Alma (Mireia Oriol) despierta en el hospital sin apenas recuerdos de lo sucedido. Con la ayuda de sus padres y de su entorno, intentará descubrir qué es lo que ha sucedido exactamente. Al mismo tiempo, tendrá que lidiar con horribles visiones y pesadillas que no la dejarán dormir tranquila.
Un incidente que lo cambia todo
La serie se mueve en el componente sobrenatural desde el comienzo, con un suceso extraño en el que lo ordinario se convierte en extraordinario. A partir de este momento, todo se pone patas arriba y arranca otro comienzo para sus protagonistas. Tendrán que sobreponerse a las consecuencias físicas y sobre todo emocionales de lo sucedido.
El epicentro de la trama, como el propio nombre de la serie indica, es Alma (Mireia Oriol), una adolescente que verá cómo su vida cambia totalmente a raíz del incidente y que tendrá que empezar de cero, literalmente.
Pese a que el punto de partida de la serie es sugerente, el transcurso de los primeros capítulos no termina de ser el más adecuado. La narración se desarrolla de una forma un tanto caótica y desordenada, mezclando una amalgama de tramas demasiado dispersa en vez de presentar con solidez la principal. La sensación generalizada una vez vistos los primeros capítulos es de mucha extrañeza y de no saber exactamente de qué va la serie.
Un casting irregular
La elección del casting tiene sus más y sus menos. Mireia Oriol, a quien algunos espectadores conocerán por la serie de TV3 ‘Les de l’hoquei’, cumple de manera correcta con el enorme peso que tiene su personaje en la serie. También Álex Villazán, a quien pudimos ver en ‘Caronte’. Sin embargo, de algunos de sus compañeros no se puede decir lo mismo, notándose demasiado en unas actuaciones justitas y demasiadas escenas dobladas que resultan antinaturales y chirrían en exceso.
Como desgraciadamente estamos acostumbrados en las series de adolescentes, y en este caso tampoco ha sido una excepción, cada vez es más difícil de sostener ver a adultos de 26, 27 o 28 años interpretando a adolescentes de 17. Algo que puede cogerse con pinzas en según qué casos (Nil Cardoner podría ‘colar’, por poner un ejemplo), pero en otros es realmente complicado, y llega a sacar al espectador de la historia por la inverosimilitud a la que lo somete.
Donde sí acierta ‘Alma’ es en el metraje, con una duración en torno a los 45 minutos que hace que sea un producto relativamente ligero de consumir. La estructura del episodio tiene un patrón también muy definido que se repite en todos los capítulos.
En definitiva, nos encontramos ante una nueva ficción de Netflix que recuerda ligeramente a la reciente (y malograda) ‘Feria: la luz más oscura’. Cuenta con una buena factura, unos efectos especiales relativamente trabajados y una idea prometedora detrás, pero que no termina de estar bien ejecutada ni ser traspasada correctamente a la pantalla. Demasiados elementos que no aportan gran cosa a la historia y otros que sí lo hacen no son desarrollados como deberían. Eso no quita que pueda ser una ficción entretenida para ser consumida en modo maratón, con unos finales en alto que dejan interés por seguir viendo el siguiente episodio. La lástima es que no dejará ningún poso en el espectador, porque le falta un ingrediente básico: carisma.
