RTVE ha reunido a las cómicas más relevantes del panorama nacional para revisionar el humor del pasado
Hasta hace bien poco las cenas de nochevieja se aderezaban con chistes con olor a cerrado. Los especiales televisivos unían a cómicos y artistas para ofrecer caspa en forma de gala navideña, con José Luis Moreno a la cabeza en más de una ocasión. Las familias de España se reunían frente al televisor para disfrutar de un festín de machismo, homofobia y racismo bajo la alfombra del jijí y el jajá.
Gags como el “He matado a mi mujer” de Gila o el “Mi marido me pega” de Martes y Trece se popularizaban como la pólvora gracias a emitirse en el momento en el que más espectadores se reunían frente al televisor. Un atentado constante hacia la integridad de decenas de colectivos. Unos especiales que a día de hoy, por suerte, no tienen cabida en televisión. Es bajo este contexto que nace ‘¿Quién se ríe ahora?’, un especial de RTVE Play en el que algunas de las cómicas más populares de nuestro país se reúnen para revisar qué se suponía que nos hacía gracia hace veinte o treinta años.
Una apuesta fresca, inteligente y divertida
‘¿Quién se ríe ahora?’ puede ser muchas cosas, pero lo que prima a lo largo de sus cincuenta minutos de duración es la inteligencia. El relato, alimentado principalmente por Inés Hernand, Carolina Iglesias, Victoria Martín, Andrea Compton y Henar Álvarez, muestra cómo la evolución del humor en España ha ido a rebufo del progreso social. A través de un guion dinámico y una escenografía moderna, ‘¿Quién se ríe ahora?’ radiografía la vis cómica de los españoles a lo largo de la democracia. Un análisis crítico que hiela la sangre del espectador en más de una ocasión.
El especial de RTVE Play deja claro que el panorama de la comedia en España no está cambiando. Son las cómicas las que, a través de plataformas alternativas a lo mainstream, están consiguiendo hacerse hueco. ‘¿Quién se ríe ahora?’ invita al espectador a reflexionar sobre lo que le hace gracia en la actualidad a través de lo que hacía reír en un pasado no muy lejano. Y es que, si ahora vemos como algo impensable bromear sobre la violencia machista, algo completamente usual en los años noventa, ¿qué pensaremos de aquí diez o veinte años de lo que nos hace reír ahora? Está claro que nos chirriarán muchos gags de ‘La que se avecina’, algunas actitudes de tiktokers vanagloriados o los comentarios fuera de lugar de presentadores pelirojos que interactúan con marionetas.
Más ‘¿Quién se ríe ahora?’ y menos especiales de José Mota
Lo que está claro es que mientras ‘¿Quién se ríe ahora?’ se queda como un contenido más en una plataforma seguramente marginal en lo que a audiencia se refiere, cómicos que jugueteaban con el racismo o la homofobia en el pasado siguen siendo cabeza de cartel de las programaciones navideñas de la televisión lineal. La RTVE del futuro, la que queremos, pasa por más contenidos de producción propia que permitan reflexionar a los espectadores. La unión de la divulgación y el entretenimiento es posible y rostros como los de ‘¿Quién se ríe ahora?’ aseguran la complicidad con el target juvenil, una de las batallas más complicadas a las que se enfrenta el ente público.
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Hace falta confiar más en la gente joven, aportar más recursos y dejar que la creatividad sea un pilar de peso en el futuro de RTVE. La televisión pública de este país debe ofrecer contenidos con los que la gente de a pie se sienta representada. Solo así se logrará un cambio real. Solo con el apoyo de los colectivos hasta ahora silenciados se podrá construir la televisión de todos.
No me gustaría acabar este artículo sin hacer una propuesta. En ‘¿Quién se ríe ahora?’ hemos visto la visión que tiene el sector joven y progresista del mundo de la comedia. Si un mensaje deja claro el especial es que en el presente las reglas del juego han cambiado y toda la basura discriminatoria ha quedado fuera. Pero ¿de verdad hemos pasado página?. El año que viene me encantaría que frente a Carolina Iglesias, La La Chus o Nerea Pérez de las Heras estuviesen sentados Florentino Pérez, Millán Salcedo o Josema Yuste. Disfrutaría mucho viendo un choque generacional frente a frente, en el que quedarían retratados aquellos que intentan disimular que siguen defendiendo el humor de los noventa. Solo entonces podríamos preguntar: ¿quién se ríe ahora?
