Dejemos de normalizar que se sigan estigmatizando problemas de salud mental en televisión.
La pandemia nos ha dejado a todos tocados. Y no por lo dura que fue en sus picos más exigentes, sino por evidenciar nuestra tristeza y los problemas de salud mental que acarreamos desde mucho tiempo atrás, sin darles importancia alguna. Estamos viviendo un auténtico boom de visibilidad de problemas como la ansiedad o la depresión, que arrasan con gran parte de la población. Pero, lamentablemente, seguimos normalizando comentarios y comportamientos que atentan contra las personas que padecen este tipo de problemas y estigmatizan aún más los prejuicios frente a estas enfermedades.
En lo que llevamos de ‘Secret Story’, diez semanas de convivencia, hemos vivido dos ataques de ansiedad en directo. El último lo padeció Isabel Rábago, totalmente abatida por una broma de mal gusto que le realizó Adara Molinero mientras dormía. Sin duda el momento es del todo angustioso, difícil de ver para el espectador. Pero lo que sucede a continuación tanto en la casa como en plató es aún más preocupante.
“Yo tengo ansiedad por problemas de verdad, no por tonterías”, espetó Miguel Frigenti mientras Luis Rollán acompañaba a Rábago, casi sin poder caminar, hasta el Cubo. ¿Qué son los problemas de verdad? Me quedé bastante perplejo al escucharlo pero aún más al ver que nadie de la organización, ni si quiera Carlos Sobera, le echaba en cara el comentario. Sin duda el ambiente que se respira en la casa de ‘Secret Story’ es denso y complicado para la convivencia. Nunca he sido partidario de utilizar las redes para fortalecer mis argumentos, pero es que entrar en el hashtag del programa tras el incidente con Rábago fue desolador. “Vaya pantomima”, “menudo show ha montado de la nada” o “era una simple broma, por favor”, fueron algunos de los comentarios que leí y que cercioraron mi impresión: en televisión se está banalizando la salud mental y nadie está haciendo nada.
No es un caso aislado en esta edición el reality, tan solo hay que seguir avanzando en la gala de este jueves para encontrarnos con otro comentario fuera de lugar. “Mi hija pidió un psicólogo y nadie le hizo caso”, suelta Elena Rodríguez, madre de Adara. La respuesta de Carlos Sobera se limita a escurrir el bulto con un escueto “no estamos entendiendo nada” y un paseo hacia el cue para seguir con los contenidos del programa. La propia Adara sufrió un ataque de ansiedad en directo hace unas semanas, durante ‘La noche de los secretos’. El motivo fue un tweet de Lucía Pariente, expulsada del concurso, mostrado por la organización del programa en la pantalla del cubo. Hasta el propio Jordi González intervino, dejando claro que el tweet era una “meada fuera de tiesto”. Por su parte Elena reprochó a Pariente “si tiene vocación de psicoterapeuta que lo aplique en su casa… No sé cómo eres fuera de este circo pero aquí eres repugnante”. Pese a todo, ninguna acción. Lucía sigue ahí sentada y el show sirvió para mantener el share al alza, al menos durante aquella noche.
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Estamos ante perfiles que se posicionan alto en la escala de influencia de la opinión pública. Millones de personas se asoman cada noche a la casa de los secretos y temas tan delicados y estigmatizados como la salud mental deberían tratarse con sumo cuidado. Parece que tienen que ocurrir desgracias para que una cadena reaccione. ¿No es mejor prevenir que tener que tapar agujeros con tiritas que no hacen más que emborronar el asunto?
¿Lo peor? Que más de uno pensará que soy un catastrofista al leer estas líneas. Pero no, queridos y queridas. La salud mental es igual o incluso más importante que muchas de las lacras que nos manchan como sociedad por el mero hecho de ser unos completos ignorantes. Pongámosla en el lugar que se merece, con el cuidado que se merece. Y escribo sobre ‘Secret Story’ porque es lo más reciente que hemos visto, pero no olvidemos aquella gala de ‘Operación Triunfo 2017’ en la que Alfred se vio obligado a abandonar el plató hasta en tres ocasiones. ¿Cuál fue la conclusión? “Aunque te cueste la puta vida vas y lo haces”. O aquellas pseudo-terapias de grupo que realizaban los Javis en ‘OT 2018’, dejando a Alba Reche completamente destrozada, hiperventilando y sin poder hablar. Todo por el show.
En 2019, Cristina Pedroche también tuvo un ataque de ansiedad en ‘El Hormiguero’. La colaboradora tuvo que participar en un ¿divertido? experimento en directo en el que caía por una trampilla. Pedroche quiso explicarse en ‘Zapeando’, donde aseguró tener fobia a no controlar las cosas y explicó que aquel ¿juego? le había producido un ataque de ansiedad que hizo que le costara “un montón” conciliar el sueño al llegar a casa tras el programa. La frase que espetó para justificar su ataque de ansiedad es del todo reveladora: “se lo tego que explicar a la gente porque van a pensar que soy tonta”.
En definitiva, la salud mental es una tecla clave en nuestra vida y aún a día de hoy, tras una pandemia evidenciadora, nos la tomamos por el pito del sereno. En un momento en el que estamos anotando cifras históricas de suicidios en nuestro país, seamos cuidadosos y conscientes de aquellas problemáticas que nos rodean. Y no, no somos la generación de cristal por destacar estas problemáticas. Nos da igual que tu abuelo superase dos guerras, deja de ser un cuñado e intenta entender que hasta el último detalle cuenta, por pequeño que sea. La televisión tiene un poder influenciador envidiable, pongamos los puntos sobre las íes también en lo que a la salud mental se refiere.
