En TVienes analizamos sin spoilers las principales claves de la nueva serie de Movistar+
Las salvajes luchas de las noches radiofónicas deportivas de finales de los 80 y comienzos de los 90 llegan a la ficción nacional con ‘Reyes de la noche’, la nueva serie original que Movistar+ estrena el próximo 14 de mayo. Creada por Adolfo Valor y Cristóbal Garrido, y de la mano de Zeta Studios, la serie está protagonizada por Javier Gutiérrez, Miki Esparbé, Itsaso Arana y Alberto San Juan.
‘Reyes de la noche’ es una comedia dramática que nos sitúa a finales de la década de los 80, cuando el célebre periodista deportivo Paco el Cóndor (Javier Gutiérrez) es el líder hegemónico de las tertulias deportivas nocturnas. Todo cambia cuando decide aceptar una oferta de la competencia, mientras su pupilo Jota Montes (Miki Esparbé) es promocionado para ocupar su hueco en la cadena. A partir de aquí, empieza una guerra entre ambos para intentar llevarse las
La arrolladora personalidad de Paco el Cóndor es sin duda uno de los rasgos mejor construidos de la serie. Su carácter déspota y cruel, su ego desmesurado y también su obsesión por el trabajo se ven perfectamente reflejados en el personaje que interpreta Javier Gutiérrez, probablemente uno de nuestros actores más camaleónicos. Gutiérrez construye excelentemente este personaje, haciendo que lleguemos a odiarle en muchas ocasiones por su arrogancia, pero también que nos divirtamos con sus incansables luchas de poder.
Por su parte, Miki Esparbé da vida a Jota Montes, el alumno aventajado de Paco, que de la noche a la mañana se convierte en su enemigo a batir. La serie refleja excelentemente el proceso de aprendizaje de Jota cuando acepta encargarse él solo del nuevo programa y su crecimiento como periodista para intentar competir de tú a tú con su anterior jefe. Así como las jugarretas que Paco y Jota se hacen mutuamente para intentar fastidiarse el uno al otro.
Pese a que al empezar cada capítulo unos créditos nos aclaran que la serie no representa fidedignamente a ningún personaje real, es inevitable pensar en los periodistas José María García y José Ramón De la Morena, y en la durísima lucha que ambos mantuvieron en las ondas en esa misma época. No obstante, la serie no es un biopic¸ y en todo momento utiliza nombres de personajes ficticios, pero es evidente que las referencias están ahí. La entonación y la forma de hablar de Paco el Cóndor es muy parecida a la de José María García, e incluso la caracterización física que se le ha dado al personaje de Javier Gutiérrez.
Sí que se adaptan en la serie algunos personajes reales, como un Jesús Gil y Gil que derrocha carisma desde su primera aparición y que sacará una sonrisa al espectador. Una excelente encarnación del inclasificable exalcalde de Marbella, que presidió el Atlético de Madrid a finales de siglo, precisamente con el apoyo mediático de José María García.
Asimismo, ‘Reyes de la noche’ es una serie que gustará también a los amantes de la guerra de audiencias entre cadenas y grupos mediáticos. Se muestran situaciones del día a día en los despachos de las principales cadenas de radios, así como las intrigas y presiones que hay detrás hacia sus responsables, y también por parte de estos a los periodistas subordinados. Es el caso de Marga Laforet (Itsaso Arana), una joven y brillante periodista que presenta el programa de madrugada, que se emite después del deportivo, y que recibe llamadas anónimas de oyentes.
El metraje de 30 minutos, una excelente decisión que favorece el ritmo de la serie
La duración de 30 minutos en cada uno de los 6 capítulos que componen la serie dota de un gran dinamismo las tramas y hace que el espectador desee ver de inmediato el siguiente episodio. Es reseñable también la excelente fotografía y ambientación que traslada al espectador de lleno a la época (ese humo en la redacción, despachos y estudios radiofónicos), así como la acertadísima elección musical, con temas como “Quijote” de Julio Iglesias o “Poison” de Alice Cooper.
Por todo ello, ‘Reyes de la noche’ es una excelente serie que refleja la vida de una bestia radiofónica que ve como su hegemonía se ve amenazada por su alumno más aventajado, que de alguna manera es el monstruo que él ha creado. Esta ficción nos muestra también una forma diferente de hacer y entender el periodismo deportivo en una época ya pasada, en la que aún no existía Twitter ni redes sociales, pero donde se producían auténticas guerras por conseguir cada noche la exclusiva más preciada y con ello tener a España pegada al transistor.
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