Analizamos el sector de las plataformas de pago en España, haciendo especial hincapié en las OTT con marca nacional.
Acabas de cenar y te sientas en el sofá frente al televisor. ¿Qué haces? Salvando las distancias, las plataformas de contenido bajo demanda están cogiendo mucha fuerza y cada vez más españoles se suscriben a ellas para consumir otro tipo de televisión. Hoy quiero centrarme en esa otra guerra; la guerra de las OTT. ¿Por qué no sabemos sus datos reales? ¿En qué estado está la batalla entre Mediaset y Atresmedia? ¿Son comparables los datos de audiencia de las plataformas con los de la televisión convencional? Dale a “SALTAR INTRO” que empezamos.
En España la gran líder es Netflix, como era de esperar. Según los últimos datos de Barlovento, la plataforma norteamericana empezó la pandemia conservando a 14.113.000 usuarios en nuestro país. Le sigue Amazon Prime Video, con 5.872.000 suscriptores Y HBO, que supera los 3.751.000 clientes. En el informe, que recoge los datos de la primera ola del EGM de 2020, no aparece Disney+, pues llegó a España a finales de marzo de 2020. Si nos fijamos en los datos del informe de octubre de 2020 de Digital TV Research, Disney+ habría conseguido lograr 1.200.000 usuarios, posicionándose como cuarta fuerza entre las plataformas.
Por debajo del millón quedan DZN, con 702.000 suscriptores, Movistar+ Lite, con 432.000 clientes y Apple TV+ que roza los 200.000 usuarios.
Marca España: ¿cómo va la guerra entre Mediaset y Atresmedia?
Parece ser que en lo que se refiere a las OTT, Mediaset no acaba de encontrar su lugar. Los datos presentados por el grupo de Fuencarral en la Comisión Nacional del Mercado Valores muestran un considerable descenso en suscriptores. Mitele Plus pasa de 180.000 adeptos en agosto de 2020 a 109.000 en diciembre del mismo año, suponiendo la huida de 71.000 clientes. Por su parte, Atresmedia está de enhorabuena, pues Atresplayer Premium reporta un total de 452.000 suscriptores, 199.000 más que en verano de 2020.
Siendo claras las tendencias de ambas plataformas, es incomprensible que en Mediaset no piensen en ofrecer nada más a sus espectadores de pago. En cierta manera, si nos paramos a comparar los contenidos de ambos servicios, es indignante que Atresplayer Premium tan solo cuadripliqué a Mitele Plus. La OTT de Atresmedia no para de producir series, documentales e incluso adaptaciones de formatos televisivos muy esperados por el público español. ¿Cómo puede ser que Mitele Plus, sin absolutamente nada en su catálogo más allá de un par de preestrenos y el reality de ‘Sol@s’, mantenga aún a 109.000 personas pagando a tocateja?
El misterio de las audiencias: ¿por qué no desvelan sus datos?
Recordemos que todos los datos que estamos analizando son fruto de suposiciones y encuestas. ¿Por qué es tan difícil saber la audiencia de una serie o película bajo demanda? ¿Qué hay detrás del silencio de las plataformas?
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Diego Corral, director de ficción original de Movistar+ reconoció en declaraciones a Cadena SER que “hay un debate interno, pero es que nuestra valoración del éxito es compleja”. Corral asegura que “los datos son públicos en las cadenas en abierto por el negocio de la publicidad”, hecho que contrasta con las plataformas pues “nosotros no sacamos nada por hacer públicas nuestras audiencias”.
Las plataformas esconden sus datos alegando que la medición del éxito de sus producciones es relativa, diferente a la convencional. Al dato de consumo hay que añadir la percepción del producto por parte de la audiencia y la fidelidad de la misma. “Tenemos miedo que se interpreten esas audiencias de manera incorrecta”, culmina Diego Corral.
Es normal que haya miedo y más si tenemos en cuenta el caos de la medición en audiencias en España. Personalmente, considero que la medición de Kantar es injusta, incluso alejada de la realidad en algunas ocasiones. Pero es cierto que es necesaria una unidad en los sistemas de medición para poder asegurar garantías en las comparaciones de consumo. Es imposible hablar de OTT’s y televisión convencional si cada una tiene un sistema de medición tan distinto y complejo. Lo que en abierto supone un mero contacto, bajo demanda ya es una visión completa del capítulo. El camuflaje de datos elevado a su máximo exponente.
Camarero, otra serie por favor
La televisión tradicional no va a morir, pero tiene heridas profundas. La emisión de la ficción en abierto cada vez está más deteriorada, alejada de los datos que se manejaban pocos años atrás. Las plataformas se pelean por crear nuevos hits cada año, cada mes, cada semana. Más y más series para ampliar el catálogo y aspirar a congregar a más y más clientes. Ante un océano de contenidos, el espectador empieza a malacostumbrarse (siempre y cuando se considere una mala costumbre alejarse de la televisión convencional). Ya no quiere cortes publicitarios, ni esperar a la semana que viene para saber como continúa la vida de sus personajes. Quiere hundirse en el catálogo y consumir a medida, sin complicaciones.
Mientras que las plataformas no se centren en la producción original española, la televisión en abierto seguirá teniendo hueco para colar sus apuestas. Es importante mantener una industria fuerte y apoyar la creación de ficción nacional por encima de todo. Pero todo apunta a que la globalización también se está afectando a nuestro ADN.
En definitiva, el sector de las OTT es complicado, híbrido y diverso. Hasta que no se pongan cartas en el asunto y no se obligue a las plataformas a ofrecer a los consumidores una transparencia total con sus datos, viviremos en un mar de dudas con éxitos relativos y una guerra hasta ahora ganada con creces por la televisión convencional.
