Desde que Kiko Rivera decidió abrir la caja de los truenos, primero en una revista y luego en un plató, la tonadillera no gana para disgustos
En estas últimas semanas Isabel Pantoja está en boca de todos por haberse convertido en la villana de la familia Rivera Pantoja al, según las palabras de Kiko Rivera, ser mala madre y no respectar las últimas voluntades de su padre, Paquirri. Y es que durante su entrevista en el especial ‘Cantora: la herencia envenenada’, Kiko Rivera, la ha denunciado públicamente de haberse quedado con pertenencias del torero que le pertenecían a sus hijos mayores, Fran y Cayetano, e incluso de haber simulado el robo de estos objetos personales, una acción que podría devolverla a la cárcel.
Que su ‘pequeño del alma’ la ataque de esta manera y encima lo haga de esta manera la está desgarrando por dentro. «Está fatal, le cuesta respirar» aseguran fuentes cercanas a ella a la revista del corazón ‘¡Hola!’. Un linchamiento público al que cada día se le suman colaboradores y testimonios nuevos en su contra.
En cuestión de días, la folclórica ha visto como los hermanos Rivera han desfilado por el plató de ‘Sálvame’ para aumentar su histórica ambición. La estrella invitada del segunda asalto de ‘Cantora, la herencia envenenada’ fue Teresa Rivera, hermana de Paquirri y madre de José Antonio Canales Rivera quien, por cierto, participa en la sección ‘Quiero dinero de Sálvame’. Tiene gracia que la familia Rivera acuse a la tonadillera de querer engrosar su cuenta corriente cuando ellos la critican desde el mismo ruedo de circo. Muy coherente no parece la estrategia de una familia que, se mire por donde se mire, parece destinada a vivir de Paquirri y de los trapos sucios de la que fuera su mujer.
Por una parte, Teresa Rivera asegura que su hermano quería separarse de Isabel tras su gira americana, ya que los últimos meses de convivencia no fueron buenos. Además incluye uno de los episodios más polémicos y surrealistas de toda la trama en el que Pantoja cogió el Rolex de la muñeca de Paquirri en el velatorio para ponérselo a su hermano Agustín Pantoja y añade, para dejar aflorar algún titular más, que la artista demandó, pocas horas después de morir el torero, el maletín en el que había aproximadamente un millón de dólares.
Para reforzar la versión de la hermana del torero, el programa tuvo en plató el testimonio de Vicente Ruiz ‘El soro’ el único torero superviviente del cartel de la fatídica corrida de Pozoblanco. Tanto él como Rivera deslizaron que a Isabel le molestaba que los hijos de Paquirri con Carmen Ordóñez, Fran y Cayetano, estuvieran en Cantora y que no los aceptaba, que eran «muy maleducados». Y por si esto fuera poco, Rivera acusa a la Pantoja de haber dado el cambiazo a unas esmeraldas de Paquirri antes de devolverlas a la familia. Unas esmeraldas que en su día lució la madre de la tonadillera, doña Ana, y que tenía que devolver por orden de un juez después de la resolución del testamento.
El revuelo ha sido tal que parece que ‘Cantora: una herencia envenenada’ vaya para largo. Prácticamente todos los programas de Telecinco han dado eco a las intervenciones de los familiares de la Pantoja. Incluso Irene Rosales, la cuñada, en ‘Viva la Vida’ ha tenido que dar su opinión al respeto pese a salir escaldada. Por eso, su marido y Isa Pantoja desde ‘La casa fuerte 2’ se han visto con la necesidad de dar la cara por ella: «En momentos muy duros para mi hermano quien ha estado día y noche ha sido Irene», explica la pequeña de la familia.
Ahora, casi cuatro décadas después del matrimonio entre la tonadillera y el diestro, su relación, la herencia de él y los movimientos de ella durante los días de la muerte de su marido siguen siendo espectáculo televisivo de máximo audiencia. La segunda entrega de ‘Cantora: una herencia envenenada’ bajó 5,6 puntos respecto el especial de la semana pasada pero aún así logro un 25,9% de cuota de pantallas y 3 millones de espectadores.
