‘Gambito de dama’: La brillante y cautivadora actuación de Anya Taylor-Joy

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La miniserie de Netflix formada por siete episodios consigue distanciarse de los clichés vistos ya en otras series del mismo género

 

‘Gambito de dama’ (‘The Queen’s Gambit’) podría proclamarse como una de las mejores series de este 2020 tras la buena aceptación de la crítica y de la audiencia habitual de Netflix. La miniserie se estrenó el 23 de octubre en la plataforma de streaming y se basa en la novela homónima de Walter Tevis publicada en 1983. Sin embargo, no era la primera vez que se quería adaptar en pantalla, de hecho, Heath Ledger iba a dirigir una película. Pero, tras fallecer en 2008, el proyecto se dejó de lado. Afortunadamente, años más tarde Scott Frank y Allan Scott lo retomaron y han logrado hacer esta serie soberbia que está centrada en el ajedrez.

Este drama psicológico ambientado en los años 60 habla de la vida de una joven prodigio del ajedrez, Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) que tras fallecer su madre la llevan a un orfanato, donde aprende a jugar gracias a las lecciones impartidas por el conserje, hasta que la adopta una pareja desestructurada. Mientras lucha con los problemas de dependencia a los tranquilizantes y el alcohol se inicia en los torneos de ajedrez y consigue llegar a lo más alto: el campeonato del mundo realizado en Rusia. En el reparto también se encuentran Thomas Brodie-Sangster, Harry Melling, Marielle Heller, Bill Camp, Moses Ingram, Christiane Seidel, Jacob Fortune-Lloyd, Patrick Kennedy, Marcin Dorocinski, Rebeca Root, Chloe Pirrie y Akemnji Ndiforneyen, entre otros.

Con su papel protagónico, la actriz Anya Taylor-Joy consigue brillar y penetrar con su mirada a todos aquellos que la ven. Llena de matices y adentrada en un mundo de luces y sombras hace que la historia sea íntima y humana. Consiguiendo así que el amor que siente Beth Harmon por el ajedrez resulte contagioso. Además, destaca que la protagonista no haya tenido ningún interés romántico importante, si no que los que podrían haber sido su pareja acaban siendo sus amigos. Un arco muy bien construido que logra romper los estándares de belleza con sus características facciones y competir dentro de un mundo de hombres.

Como han mimado cada detalle ayuda a ver que los personajes van evolucionando a medida que la época cambia y los años avanzan. Beth crece, sus triunfos aumentan y empezamos a verla en pantalones como señal de mujer independiente y exitosa. Incluso la ropa suele presentar estampados geométricos que recuerdan al tablado de ajedrez y el maquillaje se adapta al control que tiene ella con su vida, más negro y exagerado cuando se pierde en el alcohol y más neutro cuando se vuelve a enfocar.

Desde el primer capítulo se presenta a un personaje diferente, a alguien con quién es difícil sentirse identificado. Aun así, Anya Taylor-Joy ha hecho un gran trabajo con su personaje para darnos una historia creíble a pesar de no ser experta en ajedrez. En definitiva, es una miniserie sencilla de seguir, que se puede ver perfectamente en uno o dos días con una protagonista que atrapa y logra recrear la tensión necesaria en todas las partidas en las que participa.  Por lo que no hace falta saber nada de ajedrez para disfrutarla.

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