La tercera temporada de ‘Élite’ muestra a los personajes tal y como son, sin maquillar sus dramas personales y su sed de venganza.
Vuelve el fenómeno adolescente. Vuelven los besos, las drogas, la fiesta y el instituto. Los niños han vuelto, o eso dicen… En la tercera temporada de ‘Élite’ la poca inocencia que quedaba entre los personajes ha desaparecido para dejar paso a la madurez y el dramatismo. Ha llegado el momento de verlos tal y como son, al desnudo, con sus miedos, inseguridades y problemas personales. Los alumnos de Las Encinas vuelven un poco más mayores dentro del instituto más rebelde de Netflix.
La tercera temporada de ‘Élite’ sigue saciando las ganas de salseo de la audiencia. Más fiestas, más relaciones, más sexo, pero siempre en segundo plano. Igual que en las anteriores temporadas el despertar sexual de los personajes cogía especial importancia, en la nueva temporada de ‘Élite’ nos encontramos con unos alumnos más adultos y profundos. Todas las experiencias vividas en Las Encinas les ha hecho madurar a la fuerza y se nota en sus tramas. No perdemos la esencia de ‘Élite’ pero sí que nos encontramos en espacios y ambientes que no dan pie a tantas sonrisas.
Una nueva misteriosa muerte, el retorno de Polo al instituto, la lucha entre el interés y la moral y los problemas que solo uno mismo puede solucionar son algunas de las tramas que protagonizan esta intensa nueva temporada. Nos volvemos a meter en las casas de los personajes, profundizamos en las relaciones con sus padres, les vemos llorar, vengarse, tener miedo. Vemos a unos personajes que, pese a vivir vidas totalmente irreales para la edad que tienen, muestran un lado mucho mas real y sincero.
Hay escenas que sin diálogos hablan por sí solas. El llanto, la desesperación, las confesiones de esos secretos que te queman por dentro. ’Élite’ ha cogido cada uno de los sentimientos de los personajes, los ha metido en una coctelera y los ha servido en forma de tercera temporada. La mezcla perfecta entre lujuria y verdad. La mezcla perfecta para potenciar la identificación de la audiencia con los personajes y la trama de los nuevos episodios.
Nuevos personajes y secundarios más potenciados
La llegada de Malik y Yeray al instituto ha revolucionado la vida de algunos de los personajes de ‘Élite’. El primero, un “musulmán del siglo XXI” con el que se habla de racismo y religión en sus tramas. El segundo, un buenorro de manual que guarda un pasado dramático con la obesidad. Dos personajes que, para mi parecer, no acaban de encajar en el universo de la serie. Y no porque estén mal guionizados o mal interpretados, sino porque muestran una coraza, supongo que intencionada, que denota una sensación de falsedad que no permite conectar con ellos.
Además, los secundarios vuelven a coger protagonismo. Los padres, a veces olvidados, vuelven a aparecer en la vida de sus hijos. La madre de Rebeka protagoniza escenas realmente vivas, la maldad del padre de Carla lo sitúa como el antagonista de la historia y la lucha de las madres de Polo por verle volver a la rutina pueden con la moral y la ética de la madre de Ander, que se ve desbordada por un gran cambio en la vida de su hijo. En definitiva, todo está conectado en el universo de ‘Élite’, incluso en sus tramas más secundarias y diversificadas. Y es de agradecer porque todo aporta al misterio común.
Guión y ritmo vuelven a ir de la mano
En la tercera temporada de ‘Élite’ se nota que Darío Madrona y Carlos Montero están más compenetrados que nunca. La mezcla de un buen guión con el tempo perfectamente marcado hace que devores los capítulos uno detrás de otro. Pese a ser una temporada un poco más pausada, el equipo de guión ha conseguido saber muy bien dónde dejar caer las bombas y los giro de trama, sorprendiendo al espectador y creando en él esa sensación de ansiedad placentera con cada bandazo del argumento.
La banda sonora también sigue siendo un punto a favor de la serie. ‘Élite’ enamora al público juvenil gracias, en parte, a acercarse a la música del día a día de este sector de la audiencia. El uso de canciones con ritmos urbanos y reggaetoneros que en estos momentos están liderando las playlists de éxitos de Spotify es una manera muy fácil de meterte al público joven en el bolsillo. Y en ‘Élite’ saben muy bien como hacerlo.
Si a esto le sumas una buena fotografía y una factura un poco más hinchada, nos encontramos con una temporada a la altura de las circunstancias. Los alumnos de Las Encinas vuelven mas reales que nunca, al desnudo ante toda la audiencia. Los espectadores ya están devorando los nuevos capítulos y en pocas horas estarán pidiendo exhaustos una nueva tanda de capítulos. ‘Élite’ es el ciclo sin fin. ¿O si que hay fin en el universo de la serie?