‘Niquelao!’ llega a Netflix bajo la expectación del público como el primer programa producido en España.
Hace unos meses Netflix dio la noticia: ‘Nailed it!’ tendrá versión española. Con la producción del formato, Netflix abre la veda de la emisión de programas en España, género en el que aún no se había estrenado, llegando después de series, documentales y películas de producción nacional. Y así, con el estreno del formato el pasado viernes, aterrizó ‘Niquelao!’, el primer programa de la plataforma producido nuestro país.
Con la terremoto de Alcorcón como maestra de ceremonias, el programa más dulce coge el testigo de otros programas emitidos en abierto como ‘Deja sitio para el postre’ o ‘Bake off’, con temática similar, pero con una clara diferencia: su lugar de emisión.
Mientras estos formatos, al igual que otros formatos culinarios como ‘Masterchef’ o ‘Top Chef’, tenían que alargar sus emisiones para cumplir el mínimo de tiempo exigido por sus respectivas cadenas de mucho más de una hora de duración, Netflix dota a este programa de una duración justa de poco más de 30 minutos, donde no hay tiempo que perder con pruebas repetitivas, contenido irrelevante o demás técnicas que se usan para cumplir con los cupos de tiempo.
Seis programas, con tres concursantes por emisión, y un jurado formado por el chef Christian Escribà, la propia presentadora y una personalidad invitada que nada tiene que ver con el mundo de la repostería. Entre los mismos se encuentran Jordi Cruz (conocido por ‘Club Disney’ o ‘Art Attack’), Irene Junquera (‘Zapeando’, ‘GH VIP’), la ‘influencer’ Paula Gonu, la estilista Cristina Rodríguez (‘Cámbiame’), o Mariona Teres y Yolanda Ramos (‘Paquita Salas’), quienes participarán en cada una de las respectivas entregas con temáticas dispares, como son el mundo de los cuentos, la magia o, la serie de Netflix, ‘Paquita Salas’.
La dinámica es simple: escaso tiempo y un pastel de mucha preparación por hacer. ¿El resultado? Una tarta con más parecido a un cuadro abstracto que al pastel a emular. Con 5000 euros de premio, el programa no tiene como objetivo encontrar al mejor repostero del país, si no todo lo contrario. Con concursantes con un perfil totalmente ajeno a la repostería en muchas ocasiones, el ganador de cada entrega más que ser el mejor repostero del programa parece ser el concursante que menos mal lo ha hecho. Y eso es, justamente, el principal atractivo de ‘Niquelao!’: sus estropicios.
Pero no todo podían ser elogios para el programa presentado por Pepa Charro. Grabado en París, lugar de grabación de otras adaptaciones mundiales del formato, ‘Niquelao!’ sigue un patrón de programa estadounidense que no encaja del todo en el público patrio, con una edición marcada y multitud de transiciones entre secciones del formato quizás demasiado notorias que evidencian la grabación del mismo. Esto no debería ser algo destacable, salvo por el hecho de que la audiencia en nuestro país valora muy positivamente la producción de programas en directo o, en su defecto, falso directo. La espontaneidad que tanto premia el público patrio es justo donde podemos percibir una debilidad del formato que, en otros países, no es un defecto en absoluto.
A pesar de ello, quizás sean justamente estas transiciones las que dotan al programa de una buena dinamicidad, necesaria y propicia para ‘maratonear’ el concurso, siguiendo la misma tónica que con los demás contenidos de la plataforma, reto al que no se enfrentan otros programas de emisión semanal en las grandes cadenas televisivas.
‘Niquelao!’ aterriza así en España, un programa pionero dentro de Netflix, desde donde se pretende que este programa sea el primero de muchos. Quizás las cadenas generalistas patrias deban empezar a preocuparse, dado que, hasta ahora, este género era únicamente propio de las cadenas de televisión.