Desde el pasado viernes 13 ya la puedes encontrar en la plataforma de streaming.
Entre las novedades de Netflix de este mes podemos encontrar ‘Creedme’, una serie estadounidense dirigida por Susannah Grant que narra la historia de Marie Adler (Kaitlyn Dever), una joven que denuncia que ha sido violada pero ni su entorno ni la policía la creen. Paralelamente dos detectives sospechan que se podría tratar de un violador en serie totalmente real al ver que existen otras víctimas que describen el mismo modus operandi del agresor. En general, la miniserie es un retrato minucioso de la investigación policial y un respetuoso estudio de una víctima.
Una historia basada en hechos reales que transciende más allá de la serie. La serie nos lleva a reflexionar sobre esa impotencia cuando confías en alguien pero éste te prejuzga. ¿Qué pasaría si fueras a denunciar que te han violado y nadie, ni la policía ni tu entorno más cercano, te creyera porque no tienes la actitud que ellos esperan? ¿Se supone que hay ‘una actitud esperable’ en una víctima de un delito contra la integridad sexual?
Aunque la serie siempre mantiene ese respeto, el sistema policial y judicial no cumple con su palabra de proteger a las víctimas porque cuestionar a alguien que ha dado un paso al frente y ha denunciado al violador lo único que provoca es que las supervivientes no denuncien y los violadores se vayan de “rositas”. Por eso, el punto de vista es muy importante en la serie. Está siempre del lado de las víctimas pese las acusaciones de los policías del caso. Se cuenta casi todos los detalles de los pasos seguidos para buscar a ese violador en serie, a pesar de vivir en un sistema de creencias que, como dice un abogado en un capítulo, lleva a que se desconfíe del relato de una víctima si lo es de una agresión sexual, algo que no ocurre si lo es de un robo, por ejemplo. Pero enseña las consecuencias que ese sistema de creencias tiene en mujeres que van a vivir con el trauma de esa violación todas sus vidas.
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