Analizamos lo que debería aportar ‘Operación Triunfo 2020’ a la televisión para marcar a la audiencia.
‘Operación Triunfo’ vuelve con el legado de unos triunfitos prácticamente olvidados. La avaricia rompe el saco y TVE vuelve a apretar las tuercas de una máquina que ya produce de todo menos triunfo. La industria musical no está preparada para cumplir con el objetivo del programa: llevar a 16 artistas anónimos a la fama. Y si el objetivo principal ya se deja de lado, quiere decir que las intenciones de esta nueva edición no son las mejores.
Con ‘OT 2017′ revivíamos una etapa televisiva histórica. La edición fue muy bien aceptada, todo el mundo hablaba de Amaia, Alfred e Aitana. Recordamos todos las lagrimas de Noemí Galera viendo la locura que supusieron las primeras firmas de los triunfitos durante su paso por la académia. El fenómeno ‘OT’ había vuelto por todo lo alto, pero los de arriba ya se frotaban las manos para cargárselo sin apenas darse cuenta.
‘OT 2018’ no ha pasado desapercibido pero si con un muelle mucho más flojo en su lanzamiento al estrellato. Los datos de audiencia no acompañaron a una academia con falta de sentimiento y veracidad. La magia de la primera vez se había perdido, al igual que pasó con ‘OT 2’ allá por el 2002. Y ahora, tras el último concierto de la gira cancelado por falta de público, el lanzamiento de singles de unos pocos y la desaparición del mapa de algunos triunfitos, empezamos a afrontar ‘OT 2020’. Qué vértigo.
¿Qué debe tener ‘OT 2020’ para volver a enganchar al público? Tiempo. Partiendo de la base de que no le he van a dar el tiempo suficiente como para crear en la audiencia la necesidad de una nueva edición del talent, veamos qué podrían hacer para que el batacazo causase los menos daños posibles.
Un cásting de verdad
Noemí Galera es la dueña y señora de los cásting televisivos en España. A lo largo de los últimos 20 años, Galera ha dirigido la selección de concursantes de los programas más famosos de la tele producidos por Gestmusic. Yo confío plenamente en su radar de autenticidad, pero ‘OT 2020’ necesita que lo agudicee aún más. Necesitamos a participantes con ganas de comerse el mundo, que olviden las cámaras, que piensen en vivir el durante y no el después. Concursantes que vivan por y para la música y que ignoren lo que pueda haber fuera. Buscar a gente que se aproxime lo máximo posible a ese sentimiento inocente del primer día. Que no busquen parecerse a Amaia o Miki. Que busquen ser ellos mismos des del minuto cero.
Una academia totalmente renovada
Creo que un factor indispensable para el éxito de ‘OT 2020’ es desmarcarse de las ediciones anteriores. La academia actual guarda momentos preciosos de ‘OT 2017’ y ‘OT 2018’. Momentos que marcaron, que nos hicieron enamorarnos de algunos concursantes. Si queremos que los nuevos triunfitos sean ellos mismos desde que entran en la academia, ayudémosles ofreciéndoles un espacio totalmente nuevo por descubrir. Si ellos no recuerdan lo que vieron fuera, hay menos posibilidades de que lo imiten.
Por otro lado, si buscamos que los concursantes vayan más allá del concurso y lleguen al espectador, necesitamos verles en entornos más naturales y cotidianos. Si en la academia hubiera espacios nuevos en los que pudiesen sentirse más cómodos e íntimos, los concursantes nos regalarían escenas imprevisibles y llenas de verdad. Y no, no hablo de meter cámaras en las habitaciones como en ‘Gran Hermano’, hablo de dejar atrás los «no se puede» y apostar por darle una vuelta a la academia de la manera más original posible, sin perder los espacios sin cámaras que los concursantes necesitan.
Gestmusic: es el momento de hablar con Zeppelin
Las escenografías de ‘Operación Triunfo’ deben estar a la altura del formato. Es cierto que el cambio de plató ayudó mucho, pero necesitamos algo más. Una de las claves de los malos datos de audiencia en la edición anterior fue la poca identificación que sintió el espectador hacia los concursantes, además de las galas más soporíferas que recuerdo. ‘OT 2020′ necesita show sin alejarse de esa veracidad y esos momentos memorables que se generan dentro de la academia. ‘OT 2020’ debe ofrecer actuaciones en plató a la altura de lo que sucede en la academia.
Tinet tendría que hablar con Floren. La realización de ‘Fama’ es maravillosa, Zeppelin sabe llevar un paso más allá la experiencia en plató. Une la magia de los bailarines con el espacio y ese conjunto de luces, sombras, colores y movimientos conmueven al espectador. Si la calidad técnica de ‘Fama’ la extrapolaramos al plató de ‘OT’ conseguiríamos algo maravilloso que además potenciaría el consumo de esas actuaciones en redes, siendo mucho más fáciles de viralizar. A veces menos es más. El nuevo plató de ‘OT’ debe cumplir esa norma, sin olvidarnos de la esencia del formato. Dejar atrás lo grandilocuente para centrarse en lo técnico y lo sentimental.
‘OT 2020’ ¿la última oportunidad?
No sé si ‘OT 2020’ si será la última oportunidad para el formato. Pero debe plantearse como si lo fuera. El equipo del programa es mágico y lo han demostrado en nombradas ocasiones. Si todos siguen dando el 200% y se da paso a la creatividad, ‘OT’ puede volver a petarlo. Alejemos a ‘Operación Triunfo’ de Eurovisión. Alejemos a ‘Operación Triunfo’ de la polémica. Confiemos en el poder de la música en televisión, con un espacio único y sincero con la audiencia. Verdad, música y nada más.
