A pocos días de acabar enero, las diferentes cadenas de televisión han apostado por la ¿información?
Nos encontramos a pocos días de acabar enero, un mes marcado por la actualidad en las calles. Des del caso de Julen hasta la guerra de los taxis, pasando por los pactos con la extrema derecha en Andalucía o la revolución venezolana. Y os preguntaréis que hago en un digital de televisión hablando de lo que ha pasado en estos primeros treinta y un días del 2019. La respuesta es muy fácil: escribiendo estas líneas me ha costado muchísimo recordar noticias de más allá de los últimos días. He tenido que buscar los primeros diarios del año, visualizar informativos de hace un par de semanas y salir de la burbuja mediática, de la instantaneidad informativa permanente que nos rodea. Todo esto para poder recordar lo que ha sucedido hace a penas 20 días. Preocupante.
Este hecho me hace pensar que realmente no estamos informados. La información ha cogido un regusto ácido y morboso. Valoramos más el entretenimiento que la información, animando a las cadenas y otros medios de comunicación a hacer especiales informativos de horas y horas de duración, vacíos de contenido pero con música épica, muchas conexiones en directo y un buen saco de sensacionalismo. Y encima tenemos la valentía de llamarlo periodismo.
La información que nos proporcionan está tan vacía que la olvidamos a la mínima que recibimos un nuevo estímulo. Los hechos importantes, aquellos que nos afectan a todos, nos los explican en menos de tres minutos por noticia, mientras que a los sucesos interminables se les destinan los primeros 40 minutos de los informativos, las cuatro horas del magacín de la mañana, del de la tarde y dos especiales nocturnos.
Esto me lleva a un debate filosófico conmigo mismo: ¿qué es noticia? o mejor dicho, ¿qué consideran los medios que es noticia?. Enciendes la televisión y solo ves muertos, asesinatos, desaparecidos, accidentes, hechos que, pese a su relevancia mediática, son totalmente ajenos a ti. Casos esporádicos que hacen que sientas miedo de la persona que tienes al lado. Su difusión es necesaria pero el hincapié en ellas es desproporcionado. Así pues, desde la perspectiva totalmente distorsionada que nos ofrecen, ¿son noticia?. ¿Y las cosas positivas?, ¿dónde quedan las buenas noticias?.
En pocas horas, las familias más mediáticas (a la fuerza) de las últimas semanas descansarán después de días tensos de investigación, de incertidumbre, de manifestaciones. Y es con ellos con quienes tenemos que estar, pero sin cámaras, por pura empatía y humanidad. Por otro lado, también tendríamos que reflexionar si nos merece la pena dar visibilidad al circo en el cual se está transformando la información en algunos medios. Por más buenas noticias , que nos hacen falta.
Lo que sucede es que lo que es noticias es lo que los medios consideran que sea y como enganche al publico investigan mas sin valorar si es éticamente correcto. El periodismo esta bajo mínimos, pocos programas se salvan y justamente coincide con aquellos que su contenido no depende y se prepara pensado sólo en una buena audiencia. Una muestra es el objetivo en la sexta (periodismo en estado puro y las audiencias son mas bien flojas a excepción de fechas puntuales) y ahí siguen, porque hacen bien su trabajo, retroalimentan análisis e información bien trabajada que sirve para otros programas de la cadena y sobre todo crean marca.
Muy de acuerdo contigo. Hay que apostar por la calidad ante la cantidad siempre y sobretodo si tu información va a llegar a cientos de miles de personas. Una responsabilidad así conlleva un gran esfuerzo, cosa que parece que algunas cadenas no logran entender.